LA CIUDAD DE LA FURIA

Y un día todo estalló… tardó una década, pero el Primer Mundo al que tanto nos hicieron creer que pertenecíamos se fue a la mierda. Una sucesión de impresentables, corruptos, ineptos y estúpidos gobernantes nos hundieron en la peor crisis de nuestra joven historia.
“Gilberto Manhattan Ruiz”, el super-ministro genialmente parodiado por Alfredo Casero en Cha-cha-cha fue la gota que colmó el vaso. Lo que siguió es más que conocido (y sufrido): corralito, cacerolas, Rodríguez Saá, Puerta, Duhalde, dólares convertidos en pesos, las colas en los consulados… se venía la revolución. Lo cierto es que cuando devolvieron algo de la “platita”, las iras encendidas se apagaron, cada uno volvió a la hipocresía habitual y poco importaba que “los negritos del interior” se murieran de hambre.
Otros, ni inteligentes ni cobardes, decidimos tomar el primer avión que se nos cruzó.

1 comentario:

Criber dijo...

"...que triste mi país paisano,
si usted lo viera como yo lo ví..."