DECLARACIÓN DE INTENCIONES

“No me has hecho sufrir,
sino esperar.

Aquellas horas
enmarañadas, llenas
de serpientes,
cuando
se me caía el alma y me ahogaba,
tú venías andando,
tú venías desnuda y arañada,
tú llegabas sangrienta hasta mi lecho,
amada mía,
y entonces
toda la noche caminamos
durmiendo
y cuando despertamos
eras intacta y nueva.

Yo no sufrí, amor mío,
yo sólo te esperaba.
Tenías que cambiar de corazón
y de mirada
después de haber tocado la profunda
zona de mar que te entregó mi pecho.
Tenías que salir del agua
pura como una gota levantada
por una ola nocturna.

Amada mía, tuviste
Que morir y nacer, yo te esperaba.
Yo no sufrí buscándote,
Sabía que vendrías,
Una nueva mujer a la que adoro,
Con tus ojos, tus piernas y tu boca
Y ése corazón que amaneció un día a mi lado
Como si siempre hubiera estado allí
Para seguir conmigo para siempre.”

Tú venías (Pablo Neruda)


1 comentario:

jujotorres dijo...

... y eso que no soy muy devoto de la poesía.