UN DISCO QUE DEBES ESCUCHAR ANTES DE ABANDONAR ÉSTE PLANETA

“B´BOOM OFFICIAL BOOTLEG, LIVE IN ARGENTINA” (King Crimson) © 1995
Al ser doble el disco exige esa misma diferenciación: el primero arranca con un demoledor “Vroom” que, como su nombre lo indica, es una demostración de cuanta influencia ha tenido Roberto en el “rock industrial” de los ’90. Puro riff machacante y percusión demoledora.
“Frame by frame” viene directo de “Discipline-1981” y nos remonta a la encarnación crimsoniana de los ’80 con un Belew vocal a pleno y los coros de Levin navegando entre… entre esos mismos ejercicios que mi profe me daba en sus clases: Roberto construye la base amorfa y ternaria con sus dedos mágicos.
“Sex, sleep, eat, drink, dream” es eso: una muestra de lo aburrido que puede ser nuestra vida fielmente reflejado por la voz de Belew.
“Red”… ahhhhhhh!!… Diossssssssssss mío… recuerdo cuando empezó ese tema en el show, el ruido de las mandíbulas de todos los asistentes sobre el piso de la sala: apocalíptico, emblemático, bello riff y sus variaciones (me recuerda a una gran influencia clásica de Robert: Bela Bartok y sus cuartetos de cuerdas).
“One time” es una de las piezas musicales más bellas que escuché, con una letra hermosa (“… waiting for the penny to drop”… esperando que la gilada se dé cuenta, sería una traducción literal) y una melodía absolutamente melancólica… una obra de arte.
Siguen alguna improvisaciones “ambient-industriales” que prefiero las escuchen porque describir la música con palabras es muy limitado… nuestro idioma y lenguaje es muy limitado.

“Elephant talk” es eso, Belew pela un elefante de su guitarra que nos habla: nunca en mi vida vi algo igual.
“Indiscipline” al igual que el anterior y “Frame” son de “Discipline”… bellezas avant-garde del KC ´80.
El siguiente disco arranca con “Vroom Vroom” que, habiendo comentado el primer track del disco A, suena a repetición: ¡un inferno industrial!
Ahora sí, mi preferida: “Matte Kudasai”, la de las “gaviotas” hechas por Belew en su Stratocaster, la de “paso cansino” llevada por la percusión de Brufford (baterista de todas las encarnaciones) y de la letra maravillosa. Se me caían las lágrimas en el Broadway de tanta conmocionante belleza.

“The talking drum” y “Larks tongues in Aspic” vienen del disco homónimo de 1973: un disco editado 20 años antes de lo que deberían, un adelantado para la época.
“Heartbeat”, si bien el track pertenece al show de Córdoba, es otra perla del Rey Carmesí de los ’80: una bella canción de amor (“… I need to feel your heartbeat so closet to feel like a man… I remember that feeling, my hands in your head”) que nos regala Adrian Belew.
“People” es un tema del disco “Thrak” que estaban presentando como excusa de la gira en el ’94, era un estreno en el Broadway y sonó… sonó... ¡De puta madre!
“Sleepless” es la canción de un noticiero ochentoso en la Argentina, el de ATC que se llamaba “60 minutos”; basado en un pulsante bajo de Tony con una letra absolutamente esquizoide pero sin tiempo: ¿cuántas veces estuvimos, querido lector, en vela sin poder dormir y sintiendo lo que canta Belew?
“B´boom” y “Thrak” son tomas de diferentes noches en el Broadway, como para dejar constancia que (fieles artistas y no artesanos) nunca dos temas los hicieron igual y que cada noche de show fue única e irrepetible.
Los que allí estuvimos, sabemos que será difícil escuchar tamaño nivel de performance en vivo; ó como dijo mi compañero de trabajo adolescente “… yo no sé de qué planeta vinieron estos tipos, pero en mi vida olvidaré este show”, nadie pudo agregar nada más: estábamos en Gehrrin (la pizzería de Corrientes y Uruguay) con hambre fisiológico pero empachados de música.

Never Du Nozin

(corresponsal desde La Ciudad de la Furia)



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