EL DIFÍCIL ARTE DE AMAR A UNA MADRE

La medicina ha dado gigantescos pasos en pos de mantener en forma nuestros vapuleados cuerpos (y sus cada vez más llenos bolsillos).
Todos los días aparecen novedades que prometen hacernos más sanos, más lindos, con más dientes, más altos, más sexis, con menos tumores (lo de los tumores es una guerra sin cuartel entre la medicina que pugna por borrarlos de la faz de la tierra y TODO lo demás. ¿Vieron que todo da cáncer según “investigaciones espurias S.A”? El Actimel da cáncer, el asbesto, el vidrio molido, la lechuga morada y... y... todo.) etc.
Pero dos cosas todavía nos tienen en babia:
a- Que aún tengamos que nacer de una madre.
b- Que la vida de las madres se extienda cada vez más, manteniéndonos en ese deshonroso estado de “hijos” durante mucho más tiempo que décadas atrás.
No es que una quiera ver a su madre muerta tampoco vamos... pero me parece que seguir teniendo que agarrar un pulóver al grito de “HACE FRIO, ABRIGATEEE” a los 80 años, no es el estado natural de las cosas.
Por eso, y en vistas al próximo día de la madre, Atilio el Cuis y yo nos hemos puestos igual de marketineros y sale nuestra lista de:

Tipología matriarcal y frases de cabecera del “producto” (AKA retoño):

La Madre Superada:
Este tipo de madre se dio cuenta en la misma sala de partos de que jamás debería haber dejado la pastilla anticonceptiva.
Son madres que no se cansan de repetir frases como:

- ¿Tener hijos? ¿Para qué? Te arruinan la vida mi amor... Los hijos son para siempre, no hay vuelta atrás. HASTA QUE TE MORIS ¿¿ENTENDES??
- ¿Viste las estrías que tengo en la panza? Son culpa tuya. Pensar que yo tenía un ombligo tan bonito…

- ¿Vos tenés idea lo que es soportar a un ser absolutamente incomprensible y berreante durante… 15 años más o menos? Y de la adolescencia no te cuento... ¡MONSTRUOS son!
Son madres que han logrado desacoplarse del mandato básico de los genes coartando toda intención de hacerlas abuelas y por ende, perpetuar la especie.

Frase típica del retoño: “¿Yo hijos? Nooo, yo soy el tío perfecto de los chicos de mis amigos. Es buenísimo tener los nenes ajenos y poder devolvérselos a la madre cuando se ponen hinchapelotas. ¿HIJOS? ¡Ni en pedo!”

La Madre Cris-Morenizada:
Suelen andar por la cuarta década.
Van al gym, se compran la ropa en riguroso shopping concheto, tienen el pelo largo hasta la cintura, andan de zapatillas y jean ajustados, se hacen las lolas, el botox, el profe de yoga…
Es que están buenas por lo general.
Si tienen hijas, compiten en belleza (muchas veces hasta derrotándolas sin piedad), en popularidad, en todo.
Si tienen hijos... Bueno, ya sabemos cuál es la vieja historia de las Hormonas Adolescentes VS. Hormonas de Señora con Menopausia. Los amigos del nene chochos.
Quieren salir con sus hijos al bar, al boliche (pobre del guardia que no les pida documento en la entrada), juntarse a tomar mate con imberbes de 5to. año mientras estudian para el final, quieren ir a Bariloche de joda (¡siii llevala a tu mami que se emborracha y me la com… ehmm, que es la mas cool!), y son absolutamente incapaces de imponer disciplina. Se sienten tan adolescentes como sus retoños.

Frase típica del retoño: “¿En serio querés que invitemos a mi vieja al asado de despedida de soltera de Pepi? ¡Mirá que va a haber strippers! Nono, mi vieja cero drama, ¿pero como hacemos si se zarpa con los strippers?”

La madre Clueca:
Para ella somos la perfección encarnada, el mesías, la genialidad con dos patas y el mundo debe girar a nuestro alrededor como ella misma lo hace.
Todo empezó cuando tiramos la primera patada en su vientre y la convencimos de ser el próximo Maradona.
Siguió por el primer balbuceo donde demostramos fehacientemente que todos los cantantes de Ópera son un chizito húmedo a nuestro lado.
En el jardín de infantes la persuadimos de que Picasso en un pelafustán.
Durante la primaria, jamás dudó que íbamos a lograr unificar la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica.
Más molesta para sus pares que para el hijo, estos engendros van por la vida haciendo gala de las “habilidades sobrenaturales del nene” y llevando al hartazgo a todo el mundo con anécdotas aburridas salpicadas de obsesiva admiración maternal.
El ego de sus hijos crece exponencial e inversamente al pobre ego de los amiguitos, que se ven constantemente bajo el asedio de frases descalificadoras y comparativas del tipo:

- Sí Manuel, tu dibujito estaría bonito si fuera como el de mi nene.
- Vos fijate como lee mi Clarita. ¿Por qué a vos no te sale?

Frase típica del retoño:
“¡Soy un faquin genio! ¡Ríndanse a mis pies!”

Por supuesto existe la némesis de este tipo de madres, y es…

La Madre Desalentadora:
Creadoras de perdedores por excelencia, estas mujeres del demonio se la pasan hablando de su hijo/a (sin importar si él/ella está presente) como si este fuera la última basura del mundo.
Lo terrible es que no lo dicen con odio o bronca. Lo dicen con una piedad, con un amor de madre de patito feo TAN ofensivo…
Siempre intentan justificar esa onda antihéroe de sus retoños escudándose en los defectos del mismo y sin tener siquiera conciencia que probablemente ese nivel de inutilidad se deba a ellas mismas.
Si su hij@ se atreviera a intentar algo novedoso, algo estimulante, se verá coartado de inmediato por su amorosa madre que le sugiere:

- “¿Para qué intentar siquiera? Si todo te sale mal pobre…”
- “¿Otra vez vas a salir a perder plata a lo pavote? ¿Por qué no les dejás los negocios a los que saben?”
- “¿Y para qué la vas a invitar a salir? ¿En serio crees que está interesada por vos? ¡JA! Mirá yo creo que le estaba haciendo ojitos a tu primo. Y claro, Juanpa tiene ese auto, y es tan lindo el guacho… ¡Pero mirá si se va a fijar en vos!”
¿Y cuando habla DE él? Sus frases empiezan indefectiblemente con “La pobre…”, “Pobrecito”, “La ilusa”...

Frase típica del retoño: “Y acá ando… Vos viste que tengo esta mala suerte, que no me sale nada… (Ojos lacrimosos y hombros hundidos)”

La Ma-Combo:
Este tipo de madres es un recio combo de problemas.
Su estilo de vida se basa en romper los huevos a los hijos de todas las formas posibles.
Suelen ser hipocondríacas, histéricas, reclamadoras y tener la extraña habilidad de lograr que cualquier grupo de gente que se ubique a su alrededor termine embarcado en una pelea monumental.
Tienen una libretita en la cabeza donde anotan meticulosamente todo agravio, todo chusmerío que escucharon, toda pelea violenta, que luego sacan a relucir en los momentos más inoportunos. Una discusión con una de estas tiene que tener sí o sí su infaltable: AHH PERO HACE 10 AÑOS, CUANDO IBAS A LA SECUNDARIA ME DIJISTE QUE…
El simple hecho de llamarlas por teléfono para ver cómo están se convierte en una interminable perorata sobre enfermedades terminales que la están desahuciando, reclamos antiguos y puteríos varios de familia que por alguna extraña razón nos envuelven a nosotros, aunque el puterío esté pasando en La Quiaca y nosotros vivamos en Canadá.
Son impresentables en sociedad. De las que dicen a una amiga nuestra que acaban de conocer:

- ¡Ahh, esta es Murcia! Es la misma Murcia de la que hablabas el otro día con tu otra amiga, la ricachona esa, que se confundían el nombre y decían FURCIA en vez de Murcia ¿no? ¿Como estas querida? Cuidate de la chica esta que te digo, ¡es una víbora!
Frase típica del retoño:
“No la conozco. No viene conmigo.”

La Madre Hansel & Gretel:
Esta es igual a la bruja del cuento.
Para ella el amor se ubica en el estómago y nada más.
Una nunca sabe si está engordando a la prole porque tiene genes úrsidos y cree que hay que engordar antes del invierno para soportar la hibernación o si los está cebando para comérselos.
Son mujeres que no saben lo que es el colesterol ni la buena salud ni la economía doméstica. Cocinan como para un batallón aunque tengan un solo hijo, y la máxima ofensa posible es negarse repetir un plato o pasar del postre.
Se las ve siempre de delantal, rodeadas de un aura mística de olores misteriosos que nos hacen agua la boca. Una ensaladita es como cianuro para su perturbada moral…
Es de las que curan la gripe con una sopa de gallina bien grasuda, la melancolía con chocolate y el calor con helados de crema.

Frase típica del retoño: “Los ravioles de mi vieja son los más ricos - ¡BURP!”

La Madre Forense:
Conocen cada accidente posible para toda actividad o herramienta por inverosímil que pueda ser.
Se saben de memoria los archivos internacionales de accidentología y las horrendas consecuencias del uso de todo utensilio por inofensivo que parezca.
Pruebe darle una tijerita plástica de cortar papel a su hijo delante de ella y verá como la pobre desgraciada corre a quitársela, enumerando toditas las posibilidades de daño.

- ¡Nooo Eugeeee! ¡Soltá eso! El otro día leí de un caso donde un nene no sólo se arrancó la bolita del ojo con la tijerita. ¡Parece que además se cortó 4 dedos y se tajeó la garganta! – termina con un susurro macabro.
Para su atribulada mente, toda actividad humana es factible de producir un accidente espantoso, sangriento y mortal.
Cuando salen de paseo con los frágiles frutos de su vientre, llevan un botiquín que bien podría servir para salvar a todo Haití del desastre, y son de las que les ponen la vergonzosa pulserita con nombre-apellido-teléfono en caso de extravíos.
Sus hijos son seres sobresaltados, temerosos y por lo general MUY quietos. Casi se diría que uno puede confundírselos con estatuas si no fuera porque tienen que respirar (aunque la madre asegure que respirar puede llevar gérmenes letales a sus indefensos pulmones).

Frase típica del retoño: “A mí dame cuchara de plástico. Los cuchillos y tenedores son peligrosos”

La Madre New Age:
Cree fervientemente en la no-violencia. No grita, no amenaza y seguro que fumó porro en sus años mozos.
Las madres New Age no saben lo que es un sopapo, un chirlo o una penitencia. Para ellas la educación consiste en hablar “seriamente” de las cosas.

- ¿Por qué los nenes no son boludos, entendés? Ellos entienden TODO (pruebe decirle a un purrete que SUELTE INMEDIATENTE ESO QUE SE ROMPE sin poner tono apocalíptico... PFFFF)
Jamás emitieron un ¿AGU DABA BUBU GAGA BEBEEE?
¡De ninguna manera! Sus hijos siempre fueron tratados con sumo respeto y circunspección tipo:

- Matías, mamá necesita sabes por qué estás llorando. Quiero que te calmes y lo charlemos como seres racionales, ¿de acuerdo? – Mirándolo a los ojos a los 3 meses de edad.
- Hoy mamá le va a leer un poco antes de dormir… ¿Seguimos con "Crimen y Castigo", no?
Lo molesto del caso es que generalmente sus hijos suelen ser ejemplos de sensatez y respeto al prójimo… Delante de ella. Cuando las pierden de vista se convierten en monstruos anárquicos y rebeldones que se cagan en absolutamente TODO lo que sus madres intentaron imponerles: consideración, austeridad, madurez y disciplina.
Frase típica del retoño: “¡Viva el Che Guevara carajo!”

La Madre Hush Puppie:
Tiene una mirada perdida en la depre, tipo perro batata.
Es el tipo de madre que soporta cualquier desplante de su hijo con una sonrisa boba y ligeramente patética. Tiene los tobillos llenos de moretones porque su bello querube insiste en demostrarle a patadas que no quiere de chocolate, sino de frutilla, se viste como una momia polvorienta, y cada vez que abre la boca en público primero mira al nene como pidiendo permiso.
Es el TERROR personificado en su estado más puro. Para ella hubiera sido mejor parir un león hambriento de varias toneladas.
La vida le hizo la mala jugada de darle menos determinación y carácter que a una piedra, por lo cual fue históricamente incapaz de ejercer autoridad e imponer (¡un poco al menos por Jesús!) de obediencia.
A uno que la ve de afuera se le parte el alma cuando el pendejo de mierda le salta encima al muñequito que acaba de regalarle la madre porque:

- “¡Boba!! ¿Ves que sos boba!? ‘’¡¡Este no es el que yo queríaaaaa!!” -mientras ella suspira y sonríe con mirada tristona, apabullada por el pánico.
Suelen ser fervientes creyentes de cualquier cosa. Cristo, la Iglesia Universal o Maru Botana. Lo que sea que las saque un rato de su miserable existencia.

Frase típica del retoño: “¡Vos callate!”

De las idishe mame no voy a hablar. Ya todos las conocen (y temen).

Así que ya saben...
Querido lector, si su madre pertenece a alguna de las categorías aquí descriptas, mis condolencias.
Si no, el día de la madre abrácela bien fuerte, dele un regalo morrocotudo y susúrrele al oído: ¡GRACIAS, GRACIAS VIEJA!

N. de la A.: Por supuesto, me niego a declarar de cuál de estos tipos es mi progenitora. A ver si todavía les doy tela para que me empiecen a psicoanalizar a través de los espurios comportamientos de mi tutuca madre…


1 comentario:

Sir Lothar Mambetta dijo...

Delicada como una katana al cortar una oreja.
Le debo unas cuantas carcajadas a YMMM.