Paradójicamente no puedo escribir mucho de alguien a quien quiero tanto… y es que se me nublan los ojos y se embotan mis dedos. Algo (sabio) ya dijo Piero al respecto:
“Viejo mi querido viejo,
ahora ya camina lerdo
como perdonando al viento;
yo soy tu sangre mi viejo.
yo, soy tu silencio y tu tiempo.”
1 comentario:
No voy a esperar a mañana:
¡Feliz cumpleaños, campeón!
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