POR UNA CABEZA

Estaba tan cansado y agobiado a raíz de la presión a la que estaba sometido, que ni siquiera se acordó de recostarse sobre el tupido colchón de heno, perfumado con pétalos de la frágil y aromática rosa mosqueta traídos de los mejores campos del país. No, simplemente cerró los ojos y se dejó llevar por el sopor así como estaba, en cuatro patas.
Estaba tan harto de su vida de promesa, asqueado de tanto cuidado y mimo, cansado de la mejor alfalfa y del agua embotellada Perrier que bebía a diario. Los mejores veterinarios le hacían incontables e incómodos chequeos para verificar la aptitud de su sangre, de su estirpe. A él le molestaban aquellos exámenes a los que se dejaba someter, no sin antes protestar con un gesto compungido y algún que otro rechinar de dientes.
Estaba hasta las mismísimas pelotas de toda la expectación y presión a la que era sometido desde que nació. Tenía genes y sangre ganadores, decían a su alrededor, su orgulloso propietario y los serviciales peones que lo cuidaban en aquel acondicionado stud. Poco le importaban ésas esperanzas puestas en él.
Hijo del legendario “Ultrasonido”, ganador de infinidad de “Carlos Pellegrini”, su destino estaba marcado y era único: campeón.
¡Qué tanto joder! Si era fruto de una paja hecha al ilustre equino y depositado mediante jeringas traídas desde Estados Unidos en el vientre de su pobre y mancillada madre. Nadie le había preguntado si quería seguir ese, su glorioso destino. El siempre se mostró dócil y asistía sin chistar a cada uno de los infumables preparativos. Pero ya no aguantaba más, quería ser libre, tenía una vana ambición, un sueño pequeñito lejos y muy diferente a las grandes glorias que le tenían preparadas y a las que tenía que hacer frente… por su sangre campeona.
El sólo era semen de su padre. Al no existir contacto físico y carnal entre sus progenitores, había heredado la sencillez y la melancolía de la yegua de su madre. Por eso a todos, menos a él, les sorprendió el fatal desenlace que tuvo su pomposo y fracasado debut en las legendarias y prestigiosas arenas de Palermo.
Antes de la campanada, echó un vistazo a su alrededor y vio los ojos desencajados de sus rivales: a la derecha un torvo “Agarrámelaconlamano” parecía desbocado; a su izquierda, los ojos inyectados en sangre de “Bastaparamí, bastaparatodos”, evidenciaban un abuso de Aspirinas deshechas en Coca-Cola. Definitivamente eso no era lo que quería para él.
Y fue en ese instante cuando tomó su primera decisión por él solito, la que provocó la furia de los aficionados al mundo del turf y la ruina y humillación de su propietario. Se quedó clavadito en la salida… sólo cuando los demás habían cruzado el disco, salió con aires de superioridad e hinchando el pecho con orgullo, desfilando ante las abarrotadas gradas con aire altanero. Algo que provocó una catarata de objetos contundentes arrojados desde todos los rincones y que provocaron una importante brecha en el arco superciliar derecho del menudo (como todos) jockey que lo comandaba.
Nadie entendió su actitud, sólo había lagrimas a su alrededor y recibía gruesos e irreproducibles epítetos de quienes lo cuidaron siempre. Sus días los terminó en unas caballerizas de mala muerte, sucio y mal alimentado… pero feliz.
Y es que cumplió, por fin, su sueño pequeñito e incomprendido. Él no quería la gloria de la sección Turf en los suplementos deportivos. Nunca estuvo en sus planes ser un as y continuar la saga de triunfadores que, al parecer, venía implícita en el semen con el que fue creado.
Nada de eso… él se conformaba con poco. Por eso siempre sacaba a relucir su alegría, mostrando los dientes mientras giraba una y otra vez alrededor del zoológico, engalanado con ridículas guirnaldas (y demás mariconadas), mientras tiraba de un vetusto y vulgar mateo.




2 comentarios:

Sir Lothar Mambetta dijo...

"Vocación de servicio" que le dicen.

¿La canción del reproductor es del primer disco de Barret?

jujotorres dijo...

No, forma parte de la banda de sonido de "Kiss meets the phantom in the park"...
También hay una versión muy buena que hicieron los de Pantera.