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“MALDITO DOMINGO SANGRIENTO” (Goran Lousic) © 2009

No puedo ver lo que ha pasado hoy, no puedo cerrar los ojos y tan solo hacerlo desaparecer; ¿Por cuánto tiempo lo debo soportar? ¿Cuántas veces más debo volver a enfrentar este maldito hedor? La calle apesta a niños secos, a sueños rotos y esperanzas arrebatadas, a ilusiones perdidas y vidas desperdiciadas. Sé que nosotros somos los culpables, que todo lo que pasa en mi caminar es solo un reflejo de mi naturaleza, pero, ¿por cuánto más? Maldito domingo sangriento, maldita retorcida celebración del domingo sangriento.

Cuando todo comenzó, no pensé que sería así, pensé en elegancia, poder, placer y emoción, no un maldito campo de batalla donde mujeres y niños caerían a la par de pecadores, soldados y enfermos mentales. Me equivoqué, sinceramente me equivoqué, los muertos regados por doquier, la sangre corriendo por los rostros de los niños, los niños llorando a sus padres muertos en las calles, no, esas imágenes están muy lejos de las que me esperé, son visiones que me aterran, me espantan, que no me dejan descansar tranquilo, que me hacen querer encontrar de prisa una muralla que mirar, cosa de desviar mi mente de la realidad. Maldito domingo sangriento, no puedo creer las cosas que he hecho por el maldito domingo sangriento, por más que ruego que termine, cada semana hay un nuevo domingo sangriento, estoy atrapado en una eterna celebración del maldito domingo sangriento.

Lo peor de todo, es que nadie nunca se enterará, están demasiados ciegos pensando en su política, su religión, sus ideologías y su televisión de realidad. No se dan cuenta de las cosas que pasan en sus calles, del mal que asecha en la oscuridad; bebemos de ellos, los secamos hasta que no quede nada más, secamos sus lagrimas con el paño frío de la muerte, secamos su sangre cuando ya no queda más humedad, los secamos por siempre, eternizando este rito de muerte que son los domingos, los malditos domingos sangrientos cuando salimos a destruir eternamente lo que los mortales construyen con tanto sudor y esfuerzo. Esto no fue lo que me prometieron cuando me ofrecieron la eternidad.

Cuento inspirado en “Sunday, bloody, Sunday” de U2 (http://goranlausic.wordpress.com)


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