El Bambino contó una vez: “En el 86, después de salir campeón del mundo con River, se me ocurrió vender ojotas con mi nombre. Pensé que me iba a llenar de plata. Pero no. Las ojotas eran tan berretas que la gente, en la playa, prefería sacárselas y quemarse los pies”.
(Diario Olé, 14/12/2005)
1 comentario:
Para mí, las ojotas del Bambino eran lo más. Con una de esas, sopapié a un trabuco que me curtió 20.000 australes a la salida de Oba Oba.Diseño y calidá.
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