EL HIJO DE LA LÁGRIMA

Amado y odiado a partes iguales, se le perdona todo, sus excesos, sus desplantes, sus horrores arriba de un escenario. Endiosado, casi tanto como Maradona, siempre se buscó justificar su alocada y desequilibrada vida ¿Qué se le podía pedir a un prodigio que a los cuatro años ya daba conciertos de Bach en piano?
Ahora vuelve… no escuche lo nuevo, dicen que está mejor y me alegro. Es uno de los grandes, quizás el precursor (junto a Spinetta) y seguro que todos tarareamos algunas de sus inolvidables canciones (como solista, con Serú Girán, con Sui Géneris).
Hay una leyenda urbana que dice que Charly, estando en Madrid, escuchó a dos viejas peleando y una le dijo a la otra, después de pegarle con una chancleta: “No te olvides nunca que yo soy la hija de la lágrima” Ese cuadro dantesco quizás tenga algo que ver con la vida de Charly… y por qué no, el también es un “hijo de la lágrima”.

2 comentarios:

Nito Mestre dijo...

Charly ¿puede ser que me haya olvidado la flauta en tu casa? Avisame, loco. La estoy buscando hace 30 años.

Oggy Junco dijo...

¡La flauta la tengo yooooo!... vení a buscarla cuando quieras.