EL REPOSO DEL GUERRERO

“MANN DE CAMELLE” (www.elangelcaido.org) © 2007
"En el duro litoral coruñés, en plena Costa de la Muerte, se encuentra el pequeño puerto de Camelle. Algo menos de dos mil almas y una economía basada en la pesca y el marisco. Cosa corriente en Galicia. Pero Camelle tiene algo más: Man -hombre-, un alemán que, afincado allí hace 22 años, encontró su paraíso perdido entre la fuerza salvaje de las olas y la maleable roca marina.
Solitario y tal vez lúcido, ha creado en Camelle un museo de arte vivo".
"A Manfred Gnädinger le hallaron cuando ya habían transcurrido varios días de su solitaria muerte. No se le practicó la autopsia. ¿Para qué, si todos sabían que el hombre padecía de la circulación y en las últimas semanas sufría una aguda depresión? De habérsele hecho la autopsia tal vez los patólogos hubieran hallado en sus pulmones demasiadas evidencias del chapapote que durante más de un mes se vio obligado a respirar, cercado en su caseta por el letal petróleo del Prestige; los que, mascarilla por medio, respiraron durante algunas horas al día el insoportable olor del chapapote saben bien a lo que me refiero.
La muerte por intoxicación paulatina y evitable es algo demasiado prosaico; más poético resulta divulgar la idea de que Manfred falleció de tristeza, con lo que la responsabilidad de su muerte recae sobre sí mismo y, además, éste es el tipo de sufrimiento que se espera en un artista genuino."


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