SÁBATO Y EL TANGO

“TANGO CONTEMPORÁNEO” (Astor Piazzolla) © 1963
"Nuestra nostalgia, nuestra tristeza, nuestro profundo sentimiento de soledad, hasta nuestro cínico exitismo revelan una curiosa propensión metafísica", escribía Ernesto Sábato en un artículo olvidado. Aquella frase representa una de las concepciones básicas para la comprensión de la obra del escritor: toda su novelística y su pensamiento se funda en cierta metafísica, propensa a rescatar los valores humanos en una civilización que "cruje y amenaza derrumbarse". Considera al tango como la revelación de "esa fractura rioplatense en América y la dualidad que nos caracteriza, entre el nuevo continente y el viejo".
Sábato no solamente se dedicó a teorizar acerca del tango: fue partícipe de algunos hechos de relevada importancia para la danza porteña. Sus primeros vínculos con el mundo del arrabal hay que buscarlos en la amistad de varios grandes artistas con el escritor. Aníbal Troilo, Mariano Mores, Julio De Caro, Tita Merello son algunos de los nombres de quienes compartieron con Sábato aquella rutilante época de oro.
Con el paso de los años el tango sufriría un proceso de renovación. Esa renovación y revalorización fue encarada, en su máxima expresión, por Astor Piazzolla. Sábato fue gran amigo del compositor y junto a él haría la primera incursión en "la música ciudadana", según la propia definición de Piazzolla, ante las críticas acerca de su tango de "vanguardia". En 1963 aparece el L.P. "Tango contemporáneo" de Astor Piazzolla y su nuevo octeto. El long play incluye la pista "Introducción a Héroes y Tumbas", pieza perteneciente a una suite, que se estrenaría al año siguiente, acerca de la novela homónima del escritor. En un reportaje, Sábato comenta las conceptos generales de aquella obra: "Yo quisiera que en nuestra suite pudiera expresarse la soledad del protagonista, sentado en el banco de una plaza porteña, con los acordes melancólicos y conmovedores de esas composiciones [de Astor Piazzolla]". Esta obra formó parte de un proyecto mayor en el que se preveía una puesta en escena coreográfica-teatral- musical. Pero las dubitaciones del escritor y los entrecortados tiempos del músico pospusieron la obra que nunca encontró su finalización. Solo queda esa admirable composición en la que "
Piazzolla logra rememorar con flauta, violín y cello aquella realidad antigua y patricia, esta otra realidad de hoy en que el bandoneón describe, melancólica y sombríamente, la soledad del protagonista y el misterio de la noche y el amor desdichado".

© Ariel Fleischer



No hay comentarios: